sábado, 7 de septiembre de 2013
Me doy cuenta como el ignorar a una persona duele. Y duele mucho realmente. Lamentablemente soy así, y mi forma de reaccionar es esa. Cuando me enojo con alguien lo ignoro y no le digo nada. Solo dejo que la otra persona se de cuenta sola del error. Y eso es algo que quiero cambiar.
Porque si la otra persona esta enojada por algo, es nuestro deber ir y preguntarle, hablar para tratar de arreglar las cosas. Y a su vez, si a nosotros nos molesta algo de la otra persona hay que decirlo, no hay que dejar que el tiempo pase y aguantarnos todo el enojo nosotros solos. No hay que quedarse callado. Para eso es que contamos con la confianza suficiente como para plantear el problema y llegar juntos a una solución.
Cada uno tiene el derecho de decirle a la otra persona cuando nos hace sentir mal. Cuando sentimos que nos esta tratando mal injustamente. Tenemos que tratar de conversar con la otra persona, porque probablemente este pasando por un mal momento y debe necesitar nuestra ayuda.
Esta mal querer que la otra persona descubra en que se equivoco. Porque es probable que así, de esta forma, no se llegue a nada. Es probable de que no nos demos cuenta del error y que pensemos que no hicimos nada porque nosotros no lo consideramos tan importante como la otra persona lo considera. Y que le guardemos rencor a la otra persona.
El tiempo sigue pasando, ninguno de los dos se dice nada y actúan como si todo estuviera bien.
Pero en algún momento, llega el día, en que es necesario decirle a la otra persona que nos hace sentir mal con algunas de sus actitudes. Es necesario hacerla reaccionar. Y en ese momento, se dicen muchas cosas. Algunas sin pensarlas. Y después nos arrepentimos y cuesta volver para atrás. Por eso es importante hablar y no quedarnos callados. Decir lo que cada uno siente y no tener miedo a lo que pueda llegar a pasar.
Porque si la otra persona esta enojada por algo, es nuestro deber ir y preguntarle, hablar para tratar de arreglar las cosas. Y a su vez, si a nosotros nos molesta algo de la otra persona hay que decirlo, no hay que dejar que el tiempo pase y aguantarnos todo el enojo nosotros solos. No hay que quedarse callado. Para eso es que contamos con la confianza suficiente como para plantear el problema y llegar juntos a una solución.
Cada uno tiene el derecho de decirle a la otra persona cuando nos hace sentir mal. Cuando sentimos que nos esta tratando mal injustamente. Tenemos que tratar de conversar con la otra persona, porque probablemente este pasando por un mal momento y debe necesitar nuestra ayuda.
Esta mal querer que la otra persona descubra en que se equivoco. Porque es probable que así, de esta forma, no se llegue a nada. Es probable de que no nos demos cuenta del error y que pensemos que no hicimos nada porque nosotros no lo consideramos tan importante como la otra persona lo considera. Y que le guardemos rencor a la otra persona.
El tiempo sigue pasando, ninguno de los dos se dice nada y actúan como si todo estuviera bien.
Pero en algún momento, llega el día, en que es necesario decirle a la otra persona que nos hace sentir mal con algunas de sus actitudes. Es necesario hacerla reaccionar. Y en ese momento, se dicen muchas cosas. Algunas sin pensarlas. Y después nos arrepentimos y cuesta volver para atrás. Por eso es importante hablar y no quedarnos callados. Decir lo que cada uno siente y no tener miedo a lo que pueda llegar a pasar.
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