Dejate llevar!

Tenemos el orgullo en nuestra sangre. 

Queremos a alguien, pero a la vez no queremos dar el brazo a torcer.

Nuestra cabeza nos dice que no, que es el otro quien tiene que llamar, quien tiene que buscarte.

Muchas veces tener esa actitud desencadena muchísimas cosas.

Solo por un capricho perdemos muchos momentos que podríamos haber tenido con la otra persona.

Perdimos palabras, sentimientos, risas, chistes.

Perdimos ese momento, y nunca va a volver a hacer el mismo.

Puede ser que la otra persona necesitaba que la llames o que le escribas. 

Puede ser que la otra persona este pensando lo mismo que vos estas pensando. Que el que tiene que buscarte es el otro y no vos.

Pero así, ninguno de los dos va a intentarlo y ninguno de los dos va a darse cuenta que están perdiendo tiempo, y que esa llamada, ese escrito, no va a ser el mismo que hubiera sido ese día. No va a producir la misma alegría, que ese día hubiera producido.

Están perdiendo tiempo. Están siendo egoístas.

Están produciendo distancia. El orgullo los esta dividiendo.

Están dejando de lado lo que la otra persona quiere y necesita y están haciendo solo lo que a ustedes les parece que es correcto. 

Están siendo dominados por su orgullo y por lo que la razón o la cabeza les dice.

Pero luego cuando lo pensamos con el corazón, cuando vemos los sentimientos que tenemos por la otra persona, cuando vemos que no tiene sentido todo esto. Ahí estamos dejando por un momento la lógica, lo que dice la mente, para dejarnos llevar por el corazón. Para dejarnos llevar por lo que verdaderamente sentimos. Por nuestros sentimientos y deseos. Para dejar el orgullo de lado. Para dejar hablar al corazón. Para simplemente dejarte llevar.